Me veo en mi pintura como en un espejo y por tanto, en rigor, debo considerarme autodidacta.
O sea que percibo en las artes gráficas la objetivación de lo subjetivo y la universalización
del ser particular: verdadero testimonio de la existencia verdadera, conjunción del ser con la
vida y del pensamiento con la nada.
Me contemplo a la acuarela: transparente en su transparencia, fresco en su agua, ardiente en
su color.
En la transparencia busco el aire, invisible ámbito de la visión, intangible región de lo lejano, concepto indispensable para concebir lo impensable.
Así, mi espíritu se eleva en lo diáfano, precisando lo difuso y sugiriendo lo definido, hasta plasmar el vacío.
En el agua busco la magia, imprevisible vínculo entre técnica e imaginación, elemento necesario ante la audaz improvisación de lo espontáneo.
Así trazo mi personalidad, con rasgos líquidos, siempre a la espera de lo inesperado.
Y en el color busco al universo: energía vibratoria de la obra inmóvil, dinamización de lo estático, objeto y sujeto de toda expresión.
Es pues con su espectro como interpreto lo inimaginable: juego cromático que se arriesga hasta encender el fuego de la lucha amorosa llamada arte, seducción incontenible donde la derrota y la victoria son simultáneas, encuentro en el que me pierd hasta vencerme al ser vencido… ya que sólo la aventura más desesperada engendra la mayor esperanza.
Mi formación arquitectónica educó a mi vocación plástica en lo tridimensional.
Si primero fui pintor y después me hice arquitecto, fue para edificar mejor lo intangible y llegar a tocar lo ilusorio.
Espacios inexistentes que revelan dimensiones invisibles, esta es la lección que transforma mi pintura en arquitectura y mi arquitectura en hábitat. Como continente que manifiesta su estructura, la superficie del cuadro me habita mientras habito el paisaje.
Pinto siempre al aire libre con el afán de construirme un hogar planetario.
Bien puedo decir que entre muros de aire y por corredores de agua llego a la morada del color.
Haciendo del universo mi casa, esperoque mis cuadros sean casa del universo.
Alejandro Haddad